Sociedad

El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás sola, y a veces asustada. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser una misma.

24 de septiembre de 2012

Relámpago



Muchas veces mi abuela me había repetido que las cosas llegan cuando menos las esperas. Pero, ¿cómo no podías esperar algo que deseabas que ocurriese? El ingenuo de mi trataba de engañar la mente para tratar de no esperar lo que ansiaba. El primer recuerdo que tengo de esa frase fue un día de tormenta de verano, esas que no llueven y sólo surcan el cielo fugaces relámpagos con sus respectivos truenos, estando yo casualmente con mi abuela jugando a ser el primero en divisar el relámpago. Se me hacían eternos aquellos cinco segundos que transcurrían entre relámpago y relámpago, llegando a decir un par de veces cada "Abuela, ya no caen más, he vuelto a ganar" y contestarme ella con una sonrisa "Caen cuando menos los esperas", y así apenas transcurridos un par de segundos más sin que cayera un relámpago baje la guardia y una carcajada de mi abuela me sobresaltó, "¡Uno más, te gané! Todos caen cuando
menos los esperas".

Fue entonces cuando reparé en que me había despistado, fue menos de un segundo el tiempo que no espere que cayera un rayo. No lo esperaba y cayó, siendo de nuevo derrotado. Esa frase "todo llega cuando menos lo esperas" ha sido uno de mis mayores quebraderos de cabeza, siempre ha estado presente en mi cabeza y he tratado en todo momento de no esperar las cosas que he ansiado tener, pero desgraciadamente el hecho de no esperarlas me hacía desearlas con más fuerza.

13 de octubre de 2011

Lo que mejor se hacer

Cuando dejas de pensar en las virtudes de los demás. Cuando me enseñaste a mirarme un poco a mi y a valorar lo que he hecho. Cuando, Tras mi esfuerzo en llegar a donde he llegado me dijeron "así es como lo normal se vuelve excepcional". Realmente, Cuando, cuando, define el todo para darte cuenta de lo que eres. Empiezas un buen día, obviamente por tú culpa, a mirarte al espejo, y a ver las pequeñas cosas que tienes. Pequeñas cosas que otras personas no pueden hacer tan bien como lo haces tú. Mirarte al espejo y decir por ejemplo: "mira que pequeña sonrisa me has robado esta mañana".

Entonces el mundo cambia, es como si todo dejase de ser lo que era siendo lo mismo.

Sí, Te das cuenta que el mundo en sí es, simplemente, una pequeña interpretación y traducción que hacemos de él. Es decir, nos enseñan ciertas "cosas" son así, y lo tomamos como si fuera lo único de verdad a que nos podemos agarrar. Quizás, un poco perdida te pones a pensar si... el mundo pasa por mis ojos y es interpretado por mi, quizás, no vemos las cosas como son sino como somos. y muchas veces no nos damos cuenta de que la mayoria de los problemas vienen de nosotros mismos. Es más, nadie ha necesitado aprender a tener problemas, pero, sin entenderlo muy bien, todos tenemos. Y sin ir más lejos, el no valorar las pequeñas cosas que hemos ido desarrollando, sí, nuestras virtudes, y ninguna de ellas nacen  en una persona. Sino que las costruimos.

Entonces es Cuando, Gracias a ti, me doy cuenta de mis pequeñas virtudes, lo que me han dado, y la manera de la que las he aprovechado. Porque cuando alguien hace una escultura, sabe de sobra, que la piedra que esta utilizando no es la mejor materia prima para hacer esculutras ni tiene los mejores cinceles y sobretodo, ni las mejores manos.

pero eso no implica que, con esmero, paciencia y esfuerzo, quizas sale una obra de arte. Volviendo lo normal excepcional.

10 de octubre de 2011

Allá... prisioneros del tiempo !


Muchas veces no sé que decir. Y muchas otras me siento extraña. No sé muy bien explicarme, o simplemente, no encuentro una palabra que realmente defina el como me siento ahora. Han pasado siete meses. Sí, siete meses atrás se cruzaron nuestras vidas por primera vez. Yo, seguía viviendo con los pequeños ideales y pensamientos que tenemos, la universidad, el ocio, el día a día... 

Me acuerdo perfectamente que ya nos habíamos visto antes. Tú ni me mirabas y yo te miraba de vez en cuando, sin pensar demasiado el uno en el otro. En cierta manera, a medida que más te miraba y tú que pasabas insignificante, nunca habría imaginado el cómo a acabado después de siete meses. Soy bastante mala para las fechas, y no sabría recordar cuanto tiempo tardé en decirte lo que mi corazón decía. Ese día que tu estabas aquí. Esos días de valor que, sin pensarlo, escrives un insignificante Te quiero volviendose el Te quiero con más significado jamás leido.

Para muchos, habría sido un simple capricho. Una locura, o algo que iba a durar poco tiempo. Pero no hace falta añadir, aunque se me escape la sonrisa al decirlo, que esto era algo de nosotros dos, da igual lo que hubieran pensado o dejasen de pensar. Pero la verdad, al principio, yo te quería, pero no estaba segura y tenía mis pequeñas dudas. Pasaba el tiempo y cada vez me sentía más cómoda a tu lado. Sin yo quererlo, empecé a sentir estas pequeñas palpitaciones que siento ahora mismo. la sonrisa se me dispara, la sangre se pone incandescente. Y con solo saber que pensabas en mi, cual boba, seguia aun más sonriendo.

Pasaban los días, todos con el mismo tiempo, prisioneros y encadenados. Él uno en el otro y ya. Desde ese mismo instante, desde que me cogiste de la mano y me  sacaste de donde estaba elevandome más allá de las nubes. Sacaste de mí, lo que siempre tenía y nunca encontraba, y no sólo eso. Que además de haberme encontrado, de una manera real, a mí misma, por fin. Tenía mucho más al verte sonreir. Porque ya no estaba sola, y... me encanta decirlo. Jamás volveré a estar sola.

Desde entonces estos siete meses han sido los mejores siete meses que he podido vivir, desde las pequeñas cosas que hacemos juntos, desde aquel momento en junio, desde... que me das las buenas noches cada noche. por eso me gustaría decirte, una vez más, que gracias. por haber sido mi milagro, por haberme salvado. por... ser tú como eres conmigo... 

Por hacer de mi vida una película en la cual nosotros, y sobretodo yo, somos los protagonistas.

9 de julio de 2011

Caballero de Almansa


   Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias

24 de junio de 2011

New Record


El Éxito no exige explicación. El Fracaso no tiene excusa...

22 de abril de 2011

Pasa el tiempo





Llevo días sin agua... Pero, ni siquiera tengo sed.