Sociedad
El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás sola, y a veces asustada. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser una misma.
24 de septiembre de 2012
Relámpago
Muchas veces mi abuela me había repetido que las cosas llegan cuando menos las esperas. Pero, ¿cómo no podías esperar algo que deseabas que ocurriese? El ingenuo de mi trataba de engañar la mente para tratar de no esperar lo que ansiaba. El primer recuerdo que tengo de esa frase fue un día de tormenta de verano, esas que no llueven y sólo surcan el cielo fugaces relámpagos con sus respectivos truenos, estando yo casualmente con mi abuela jugando a ser el primero en divisar el relámpago. Se me hacían eternos aquellos cinco segundos que transcurrían entre relámpago y relámpago, llegando a decir un par de veces cada "Abuela, ya no caen más, he vuelto a ganar" y contestarme ella con una sonrisa "Caen cuando menos los esperas", y así apenas transcurridos un par de segundos más sin que cayera un relámpago baje la guardia y una carcajada de mi abuela me sobresaltó, "¡Uno más, te gané! Todos caen cuando
menos los esperas".
Fue entonces cuando reparé en que me había despistado, fue menos de un segundo el tiempo que no espere que cayera un rayo. No lo esperaba y cayó, siendo de nuevo derrotado. Esa frase "todo llega cuando menos lo esperas" ha sido uno de mis mayores quebraderos de cabeza, siempre ha estado presente en mi cabeza y he tratado en todo momento de no esperar las cosas que he ansiado tener, pero desgraciadamente el hecho de no esperarlas me hacía desearlas con más fuerza.
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