Encaminada a la cima

Hoy quiero hablar de aquellos desamores. Supongo que a mucha gente le ha pasado. Me explico, el primer amor siempre es especial, aquel que siempre dura, el más intenso y apasionado. Pero esto, se puede explicar gran parte por la teoría de las explicaciones. La primera vez que una persona sufre una emoción, es muy intensa, pero una vez pasado (hay que admitir que toda emoción dura un tiempo determinado) no se vuelve al estado inicial sino se queda uno peor, peor de lo que estaba. En definitiva. El primer amor es bonito, pero ahí, no llega más, sería como un comienzo a aprender y tan solo se memoriza porque es el primero, no porque fue intenso, ni porque fue bonito, ni porque fue largo. Solo porque fue el primero.

Como todo, es doloroso al principio, duele y el decir adiós no es nada fácil. Después de 1 año o dos, dependiendo, duele bastante pues decir hasta aquí. Un error muy común es intentar que todo volviese a estar como antes, volver a luchar por aquello que en un momento erróneamente se piensa que es el motor de tu vida (porque que yo sepa, cuando todo se acaba se sigue viviendo). Cuando uno vuelve y da otra oportunidad a ello se da cuenta, que las cosas ya no son como eran antes. La gente cambia, y aquel que lo niegue es que aun no ha vivido suficiente.

Frente a lo doloroso de todo esto, debo dar la impresión de que lo estoy contando como aquel que escribió el quijote, sin dar emoción ni nada al asunto… pero lo que yo quería enfatizar es lo que viene después de eso. En definitiva es cosa del pasado. Primero, ya paso. Segundo, se volvió a intentar. Tercero, en poco tiempo todo desaparecerá.

Ahora te toca a ti, y tú sabes quien eres, eres tu el que debe tomar las riendas del asunto, quizás aun no te conozca, quizás aun sea bastante pronto, pero volverán a volar las golondrinas, no aquellas que sabían nuestros nombres, pero volverán a volar. Y no por esto tiene que ser malo. Porque cada día que pasa estoy ansiosa de que llegue, aquel día que nos encontremos, nos miremos y sonriamos los dos en aquel instante, donde el tiempo, el día dará igual, tan solo esa mirada, una mirada que marcara el resto de nuestras vidas. Porque sé que tu me llevaras hasta la cima de la felicidad.

Por eso saldremos los dos agarrados de la mano y seremos deslumbrados por el sol, como si él nos estuviese viendo. Viviendo aquel paraíso utópico