Desperdicio de la meta

Porque cada año que pasa me siento más melancólica, algo triste. Yo siempre buscaba una meta, quizás algo forzada, pero cuando somos pequeños no sabemos que hay de realidad en nosotros y necesitamos unos guías que nos enseñen el camino, nos trasmitan sus experiencias y podamos seguir un camino elegido por nosotros mismos. Éste muchas veces es elegido erróneamente, ya sea porque no lo teníamos claro o quizás porque nos sentíamos presionados.

En definitiva, cada día que pasa me siento en unos pupitres atendiendo a personas que me muestran diferentes perspectivas rechazando unas a otras pero todas con la misma veracidad. Al principio pensaba. "da igual, tranquila, aquí vienes a aprender... Sí... si da igual quien haya... o... quien deje de estar..." Así pasaron los primeros momentos cuando empecé a mirar, una vez más, como de costumbre al pasado...

Recordaba esos madrugones de cada día para ir al colegio, el camino que transitábamos en el coche, las plazas, las pinturas en la pared, la autopista y el colegio. Cuantas veces habré dicho que de que servía toda esa perdida de tiempo, y cuantas veces habré dicho hoy gracias por haberlas tenido... porque en el colegio... lo más importante, al menos para mí, no eran las matemáticas ni la lengua ni la misera media. Podría relatar grandes historias sobre cada clase, asignatura y lo aprendido en ella. Por ello solamente matizare lo más importante.

Todo empezó con un profesor en concreto, Eduardo. A simple viste parecía el típico profesor de lengua y literatura, pelo blanco y algo de punta, ojos azules, cántabro y por ello aficionado al Racing de Santander, algo mayor y culto, con la vista algo cansada y esos toques que te da la vida representando en ti la sabiduría La primera cosa que nos dijo fue la clave, que así nos la presentó, la clave para aprobar el curso. En realidad me sentí bastante ambigua dijo así: "Tenéis que ser una pizca mas listos que el diablo" ya, una pizca... sus clases era para los más selectos, le gustaba hablar de cosas que no eran de lengua... me acuerdo, cuando hablábamos del amor, no me acuerdo porque se desvinculo el tema...por ello la mayoria dormitaba en sus mundos de fantasía que visto asi, alli todos divagamos por los caminos más profundos de la literatura y el dijo, que cuando realmente estabas enamorado eras capaz de ver la silueta de la amada, durante unas milésimas, reflejada en el espejo... como si realmente no querías verte a ti. En definitiva, después de enseñarte, si atendías, lengua y la sintaxis, cuya motivación nos dio poder explicársela al vecino, algo que es totalmente limitado que es la sintaxis (hay lo que hay, y no hay más que varios tipos de subordinadas y coordinadas). Y leernos el, con gran tono, serenidad, simpatía y continuidad, por vigésima vez en su vida, el lazarillo de tormes y enseñarnos. Para la inmensa minoría, que la verdad no esta en tu nota, si no en ti. Que te pueden quitar todo en la vida menos el conocimiento que adquieras de ella.

En segundo lugar seguramente este el profesor de cultura clásica, aquel que me enseño el latin de los clásicos cuando todo era mitología y una forma de vivir bastante distinta, y no solo eso. también leíamos obras clásicas, en mayor medida grandes obras, que aunque no viniesen al tema, que bonitas que eran. como algún fragmento de "Todos los fuegos, el fuego", Julio Cortazar, grandes obras clásicas como "Metamorfosis" Ovidio, pequeños poemas de una autora, en mi opinión con gran sutileza en la escritura, Poesías de Safo además, era lesbiana. Pero no hay que olvidar a otros petas como Teognis de Mégara y aquellas grandes obras teatrales, tragicomedias de la antigua Grecia que leíamos entre los cinco que estábamos en clase dirigidos por la batuta del profesor como El eunuco de Terencio. Fue un curso de latin en varios libros selectos.

ALAS A TI YO TE HE DADO, CON ELLAS EL MAR INFINITO…

Alas a ti yo te he dado, con ellas el mar infinito y toda la tierra en un vuelo podrás recorrer sin fatigas. En todo banquete y festejo presente te hallarás, albergado en las bocas de muchos. Y al son de las flautas de tonos agudos los jóvenes en rondas de amor, con bellas y suaves tonadas te citarán. Y cuando a las cavernas de la oscura tierra desciendas, a las lamentables mansiones del Hades, ni siquiera entonces, muriendo, te ha de faltar tu gloria, sino que conservarás entre la gente tu nombre inmortal, Cirno, y vas a viajar por la tierra de Grecia y las islas, y a cruzar la incansable alta mar habitada por peces, sin montarte a lomos de caballos, pues van a llevarte los espléndidos dones de las Musas de trenzas violeta. Y para todos aquellos, incluso del mañana, que aprecien el canto, tú vivirás por igual, en tanto existan la tierra y el sol. Y, sin embargo, de ti yo no recibo ni un poco de aprecio, sino que, como a un niño pequeño, me engañas con cuentos.

Teognídeas, vv. 237-54.

Tampoco debo olvidar, y merece ser citado, es el profesor de matemáticas... Sí casi todo el mundo lo odiaba... "es que es imposible aprobar con él...", "puntúa muy mal y no hay quien le entienda"... "sus examen son muy difíciles"... Realmente, no he aprendido más matemáticas que en su clase, ni más sutileza al resolver problemas, ni había trabajado diariamente con otros profesores. Además su manera de explicar era magnífica, salíamos todos a la pizarra, resolvíamos los problemas, que eran bastante posibles... en definitiva... que cuando no daba matemáticas con el se le echaba de menos esos... "¡ Lechugas ! que me he equivocado"... o... sus, "y por qué no has hecho los deberes"... o su gran amor por la astronomia mostrándonos la velocidad de la tierra del propio universo y nose cuantas rotaciones y distancias nos calculo en clase

Si... la verdad es que fueron grandes cursos... como para olvidarlos... Y tampoco vosotras, mi pequeña que me acompaña a los partidos del Athletic club, o tu que siempre mirabas a los chicos con ojos golosos "¡ Pero no lo has visto !..." cuantas veces nos hemos reído de esas tonterías que al final marcan nuestra vida... "¡ mira a ese estúpido, que se cree que nos gusta que marque goles !... - ¡ Sí, es algo maricón se ha quitado la camiseta !... - Es cosa mia o... ¿Nogui tiene pantalones de mujer?... - Recuerda, un toque A, dos B, y tres C ¡ Qué no se olvide !... - ¡ Oh nos curamos como equipo o moriremos como individuos !... - ¡ Buah tias estoy en barbecho ! - ¿eso era un pescado?..."

Y como no... llegaba filosofía y yo no tenía ni idea, no me gustaba Platón ni Santo Tomás que me parecían que pensaban de forma estúpida, pero seguramente sea por Eduardo, aquel que me decía que no estaba bien idolatrar y supongo, que tampoco criticar tanto... aquel que me enseño la filosofía como un modo de vida, unos enfoques, que no son del todo erróneos y como hemos avanzado en nuestra forma de pensar. y por capricho del destino ahora el profesor de lengua era aquel de cultura clásica... de verdad, no se cuantos libros pude leer con ellos, ni cuantas historias pasaron por mi cabeza... ni cuantos escritos pude hacer con ellos... Si... que grandes momentos los del colegio que.. aunque tuviese dos o tres exámenes semanales... alguna clase extra escolar para reforzar pies de los que se cojean... estoy contenta por poder contar todo esto...

Pero como todo, y ya he dicho, es hora de decir su adiós. Todo gran maestro le llega la hora de dejar a su discípulo en el mundo, y al discípulo solo le queda recordar sus enseñanzas y... quizás recordar mas sus métodos... si en algún momento el discípulo se convierte el maestro.

Y ahora que se acaba el año, y se vuelve a decir adiós, ya a los profesores no se les remarca tanto, porque hacen mas una labor universitaria y no te tratan como en aquel colegio. pero... si las migas con los alumnos... si con ellos... por esos momentos... en algún momento pensare "¡ Era verdulera !"... o "sabes una cosa... - ¿Qué?... - ¡ Estoy harta !... ¡ Y ya lo he dicho!.... - ¡ Buah, menudo FINDE !... - me he traído un yogurt natural... - Sabes, es que no me daba tiempo y me acosté pensando ¡ no se nada ! ¡ Voy a suspender !..." porque me encanta cuanto te veo a lo lejos del pasillo... abres los brazos y sonríes mientras que me dices.... Pensaba que no te iba a ver...

cuando terminaron los primeros examenes estabamos algo tranquilos, porque aun nos quedaba el segundo cuatrimestre, cuatro meses de estar juntos... Ya solo quedan unos días... y vuelta a empezar... a volver a pensar"da igual, tranquila, aquí vienes a aprender... Sí... si da igual quien haya... o... quien deje de estar...". Realmente, la meta es un desperdicio, alcanzarla te deja ambiguo y estático, con un futuro muerto viviendo del pasado... Y la verdadera felicidad está en el medio, el transcurso a la meta, cada acción que emprendes para conseguirla... Y que miseria la mía, que me veo algo incapaz de disfrutar el momento, y espero no ser la única... pues solo veo los momentos especiales, normalmente, cuando ya todo ha pasado... si... cuando todo ha pasado... mirando al pasado... como si solo podríamos juzgar lo hecho y olvidar lo que hacemos.

La felicidad esta siempre vigente, la meta, es solo la confirmación de ésta.